COSA DE UN NOMBRE (Relato perteneciente al libro Habitación sin bombillas).
Disculpe, ¿tiene fuego? Soy un desastre, continuamente dejo el encendedor en algún sitio lejos de mis bolsillos, y eso que mi madre siempre decía que uno solo es un hombre cuando no depende de los demás ni para lo más insignificante. Con su permiso voy a sentarme a su lado. No le importa, ¿verdad? Sí, he sido yo quien le ha citado. Me gusta la gente directa. Aunque no lo crea, esa cualidad junto con la puntualidad dice mucho de la persona. Me llamo Rodrigo. Sospecho por esa mirada que usted ya lo sabe. Pero bueno. Entiendo que es uno de esos formalismos que se emplean para entrar en calor. De todas maneras no se preocupe. Ambos somos mayores para andarnos con ese tipo de falsos protocolos, por lo que intentaré evitarlo y, como usted ha hecho, también evitaré rodeos que nos alejen de lo importante.