CUANDO DESAFIAMOS A LA SUERTE
La bala, en la sien, milagrosamente sostenida por dos temblorosos dedos; en la mesa una mágnum 38 desprendiendo un inquietante calor y en la cabeza un silbido ensordecedor.
Quedaba muy lejos el día en el que ambos visionábamos con admiración esa película de militares rusos y demasiado cerca el kilométrico rastro de sangre que vestía la habitación de un rojo pánico. Pero ya no tenía a nadie con quien compartir el miedo.
Quedaba muy lejos el día en el que ambos visionábamos con admiración esa película de militares rusos y demasiado cerca el kilométrico rastro de sangre que vestía la habitación de un rojo pánico. Pero ya no tenía a nadie con quien compartir el miedo.
La etiqueta Bélico-trágico le va que ni pintada. Una escena de terror que pausas en el milisegundo de pensamiento que precede al acto suicida.
ResponderEliminarMe gusta el tono descriptivo: vestía de un rojo pánico, por ejemplo.
Un abrazo desde mis palabras
La verdad es que intentaba describir una muerte nacida del siempre ácido juego de la ruleta rusa. Aunque puede ser que el mensaje esté demasiado encriptado.
ResponderEliminarUna perta.