AVARICIA (no es mío, aunque me gustaría)
No ha cambiado de casa, no tiene intención de redecorar, no busca utensilios de cocina ni complementos para el baño, no necesita marcos para las fotos, ni una lámpara, ni un felpudo para la entrada. Pero cada vez que entra a esa tienda sueca sale con los bolsillos llenos de lápices.
Lullaby ¿sin más?
Lullaby ¿sin más?
¿Cuál hogar mejor que aquel de cuartillas escritas, estrujadas?
ResponderEliminarSupongo que la guarida es secundaria. Resulta más interesante los moradores, los eventuales inquilinos, la fortuna de los huespedes, o el crepitar de las palabras golpeando las paredes en veladas interminables.
ResponderEliminarGracias por tu visita y por "hacerme pensar una pregunta". Pero me ha resultado más sencillo darte una respuesta. Tal vez sea otro pecado capital.
Uy! ¡qué gracia! le pasa como a mí... llenos de lápices y de metros de papel ...ji,ji..
ResponderEliminar¡Es buenísimo!.
También me gustaría que fuera mío.
Un abrazo
Y seguro que con los pequeños lapiceros de esa superficie sueca haces pequeños relatos, que se proyectan como grandes novelas en algún lugar de la red.
ResponderEliminarUna perta.
Y como alguien ha dicho en algún sitio, sospecha de aquellos que a la salida devuelven los lápices de Ikea... jajaja
ResponderEliminarO si optamos por la solemnidad: "Señor, librame de las aguas mansas que de las bravas ya me aparto yo".
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