UN RINOCERONTE BAJO LA MESA (no es mío, aunque me gustaría)

Suele pasar, aunque el mundo se empecine en negarlo, que de vez en cuando alguien, usted, yo, la vecina, o un barrendero kuwaití, se encuentre un rinoceronte bajo la mesa. La ciencia no ha podido, no ha querido o no ha tenido tiempo de explicarlo, lo cierto es que para cuando algún incauto se da cuenta de esta verdad universal ya es demasiado tarde. Cosa de rinocerontes nomás, eso de andar metiéndose debajo de la mesa familiar sin ser invitado, vaya usted a saber con qué intención pues aun nadie ha tenido suficiente comprensión de la conducta rinoceríntica ni suficiente coraje como para atreverse a preguntarles por qué lo hacen.

La única manera, tal vez de evitar tan desagradable sorpresa sea hacer como yo hago de un tiempo a esta parte, revisar antes, espiar bajo el mantel para confirmar la cotidiana e inofensiva imagen del gato que duerme bajo la mesa, o del perro que aguarda las migajas, o simplemente del neutro y frío piso recién encerado. Es cuestión de asegurarse, de no dejar ningún margen de duda de que un rinoceronte esté escondido bajo la mesa, la suya, la mía, la de la vecina o la del barrendero kuwaití.

No tenga miedo, a los rinocerontes machos el miedo les excita. Tenga cuidado, revise bajo la mesa, después no se queje de que nadie se lo advirtió.

SANDRO CENTURIÓN, cuyo arte supura sin remedio por todos los poros de ESTE RINCÓN

Comentarios

  1. Querido ContaCuentos...ejem, ¡voy a comer ahra mismito! y ya puedes suponerte qué voy a realizar en primer lugar. Ni que decir tiene que si lo encontrara ...volveré rapidito a este lugar ¡para difundirlo al mundo entero, antes de echarme a temblar!.

    ¡Buen micro de Sandra! y gran generosidad la tuya al publicarlo aquí.

    Un Besote.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya se ha dicho, las mesas a la hora de comer las carga el diablo.

      Por cierto, no se si es un error de tecleo, pero el autor se llama Sandro.

      Una perta Laura.

      Eliminar
  2. ¿Por qué un rinoceronte? ¿No podría ser cualquier otro bicho llamado rinoceronte?
    Hermoso cuento
    Saludos y buen domingo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pregúntaselo a su autor, en este caso yo no soy el protagonista, más bien me he convertido en un lector atento a la prosa de otro, que como yo lleva una vida idéntica a la mía al otro lado del charco, a excepción del nombre, aunque esa es una errata familiar.

      Una perta.

      Eliminar
  3. La cuestión es hacernos mirar debajo de la mesa.
    Tengo que localizar a Sandro en la biblioteca. Interesante.

    Besitos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si, la verdad es que tiene micros muy buenos, con un estilo personal bastante marcado. Pásate por su rincón que seguramente lo disfrutarás.

      Una perta.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

ECOS DE UN LIBRO AUTOEDITADO

EL COMPLEJO (de) EDIPO

HABITACIÓN SIN BOMBILLAS (Relato que da nombre a un libro).