UN HÚMEDO SEIS DE ENERO

“¿Cómo que no van a venir los Reyes?”, espeté a mi madre, provocando un llanto que ya resultaba recurrente. Tiritando y sin estufa seguí con el ritual. Encendí las velas utilizando cerillas y abrí una botella de vino, derramando tres cuartos sobre cada una de las copas, como en otras ocasiones. Desde que mi padre se había ido, hacía un mes, a ayudar a los pajes de los Reyes, yo era el hombre de la casa y, aunque me daba pena su ausencia, alguien tenía que poner orden. Pero mi madre con sus chifladuras, estropeando las fiestas. Que me olvide de regalos… todo el año portándome bien; sacando buenas notas; ayudando a Lola, la del tercero, a subir la compra… para que Melchor, Gaspar y Baltasar me recompensaran. Nada,… ¿qué mosca le habrá picado?. Se iba a enterar ella cuando viera el salón lleno de regalos. Ni uno, ni dos... Apagué la luz y cerré los ojos con fuerza, sabiendo que ellos no me fallarían. Al día siguiente me levanté de un salto, fui al salón y… no encontré nada en el suelo, ni… ni en las tres copas… ni en la botella.


TAL VEZ SE HAYA DERRAMADO ALLÍ

Comentarios

  1. Cuentas muy bien la mentira y la desilusión. Me gustó mucho. Suerte para ENTC.
    Saludos van, Cortacuentos

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    1. Gracias Sandra, tal vez sea que soy un mentiroso desilusionado, o tal vez sea que en una de mis mil pieles me he podido sentir así.

      Una perta gorda.

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  2. Un cuento del que no sabes donde reside la mentira y la verdad, como al protagonista. No es tarea sencilla perder esa ilusión con la que has convivido de tan tierna edad.

    ¡Suerte para el concurso!

    Un abrazo y felices fiestas.

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    1. La verdad es que en la frontera reside el encanto; donde los acentos se difuminan y los colores se confunden. Supongo que la vida en ocasiones no es sencilla; o tal vez el truco resida en la ingenuidad de la lente.

      Gracias y felices fiestas.

      Una perta.

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  3. Quién na habrá escuchado en algún año de la infancia ese discurso de la mamá, pero al final te levantas y encuentras las pisadas del camello!!!! A mi me ha sucedido un año, pero fui feliz igualmente porque vi las pisadas y eso me dio seguridad que sí pasaron por mi casa....bendita inocencia!!!

    Hermoso relato,
    ya ves me hizo remontar a unas décadas atrás....

    Feliz Navidad Cc.
    Un abrazo fuerte.

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    1. La verdad es que la magia con la que se vive la Navidad en los hogares con niño no se encuentra en ningún otro sitio, y entiendo que un gran número de personas guardamos un bonito recuerdo de aquellos momentos cargados de inocencia, independientemente del poder adquisitivo de nuestros padres.

      Feliz Navidad y una perta Genessis.

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