EL PLACER DE LEER
Por fuera, esbelto, fino, especial. Abrí el libro con delicadeza, atraído por su aroma. La primera página era visualmente atractiva. Desde el comienzo sus palabras me atraparon. No era amor, era otra cosa. Cuantas más páginas pasaba, más calor tenía. Me fui quitando ropa mientras avanzaba y noté una complicidad irrepetible. Empezamos a sudar, la textura del papel se volvió pegajosa, nos saltamos pasos mientras la agitación crecía. La avidez nos hizo ir muy rápido, hasta que un estallido de tinta corrió en el último folio. Cuando terminé, me fumé un pitillo. Luego me fui a mi casa.
Miguel, un microrrelato muy original, aunque no sea para todos los públicos. Deberías haber avisado de este aspecto con la colocación de dos rombos.
ResponderEliminarBuen encuentro entre libro y lector, o viceversa.
Un abrazo.
Buenas Nicolás:
EliminarCierto es. Se me escapo, pero bueno, confiemos que el placer por la lectura de los más pequeños se vea saciado con los tebeos.
Una perta gorda.
Wooo,
ResponderEliminarhermoso romance!
A veces se da...
Abrazos Cc.
Supongo que desde el punto de vista metafórico, tal vez tuviese cabida.
EliminarO tal vez no...
Mientras tanto sigámonos perdiendo entre letras.
Una perta gorda.