POR VOLUNTAD DIVINA
El buitre seguía trazando círculos sobre el moribundo, mientras el sol preparaba la última estocada. Cuando todo parecía sentenciado y lo de salir indemne semejaba una utopía, el escritor decidió que la presa se desvaneciera, mientras el animal y el astro, contrariados, buscaron otra víctima.
Trampas de escritores que juegan a ser dioses...
ResponderEliminarBuen trabajo.
Un abrazo,
Hola Pedro. Supongo que ahí reside la magia de escribir, aunque tal vez en el ejemplo puesto todo resulta más burdo.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Una perta gorda.
Excelente mic.
ResponderEliminarLas plumas pueden cambiar los finales a su antojo...
Saludos y feliz semana.
Es lo que tienen las plumas, así como el vuelo de los dedos sobre un teclado, o el agarrado baile que mantiene la mano con el bolígrafo...
EliminarAl final es todo cuestión de una adecuada sinergia.
Me alegra que te haya gustado.
Una perta gorda.