EL MUNDO DE LOS SONIDOS

El crepitar de las viejas tablas de madera evidenciaba el pausado caminar de un hombre tranquilo; el timbre sonando durante cuatro segundos era sintomático de cierto grado de impaciencia; el chirriar de la puerta delataba la solera del inmueble; el sonido del cargador de la pistola no indicaba nada bueno; la seca y diminuta explosión producida por el disparo dejó de indicar cosas. En ese mismo instante desapareció su ceguera.




Comentarios

  1. Hola
    No sé cómo pero estoy aqui leyéndote. Un contundente relato. Me atrapó.
    Muy bonito blog. Regresaré en cuanto pueda a re-leerte, y con tu permiso me anoto a quedarme.
    Buen fin de semana.
    Abrazos
    Paz y Bien!

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  2. Bienvenida Genessis a tu casa. Resultan gratificantes los halagos, y el hecho de que te apuntes la dirección para volver, ni te cuento.

    La puerta está siempre abierta.

    Una perta.

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  3. Muy buenas imágenes, sí señor y ese final me parece genial, ahí queda para que el lector ponga la imaginación. Me gusta mucho, es contundente.

    Besitos

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    Respuestas
    1. La verdad es que por no ser menos te voy a dar la razón. A mi es un micro que me encanta (aunque está mal que lo diga), y especialmente me quedo con el contraste de percepciones entre el título y el final.

      Una perta.

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