PARADOJAS DEL DESTINO
El verdugo novel dudaba en que parte del cuello dejar caer el filo de su todavía inocente hacha. El ajusticiado libre de responsabilidades sabía con seguridad que iba a morir. Pese a tanta certeza, este último, fue el primero en perder la cabeza.
Jajaja....a veces tener tantas certezas nos lleva por mal camino.
ResponderEliminarEs una paradoja en sí misma. Buen micro.
Besos Cortacuentos.
Si, la verdad es que muchas veces es mejor no saber, o no preguntar, si quieres dormir tranquilo.
EliminarPero bueno, la vida es de los intrépidos.
Una perta.
¡Me has arrancado una buena risa, Cortacuentos!
ResponderEliminarGracias.
Un abrazo,
Gracias a ti por disfrutar de la lectura y hacérmelo saber.
EliminarUna perta.
Interesante contraste de certezas e incertidumbres... con mucho humor.
ResponderEliminarAbrazos
Supongo que si pierdes la cabeza y no te queda humor... perdón, estaba hablando en boca de otro.
EliminarUna perta.
Un gran juego de palabras que nos indica que el destino, por muchas dudas y certezas que se tengan, parece no faltar a su cita.
ResponderEliminarMuy visual y con mucho sentido del humor.
Abrazos.
Supongo que llegar llega, aunque a veces sea impuntual. Por si acaso yo siempre llevo el reloj sin pilas.
EliminarUna perta Nicolás.