Dejó atrás todo, y ahora hace esculturas extrañas que vende a turistas despistados, y aprende trucos de magia que jamás muestra a nadie. Cree tener cosas que contar, reflexiones nunca dichas, nunca escritas, pero nadie quiere oírlo, ni a él le gusta hablar con gente. Antes, cuando era contable, cada día se parecía a otro día, y soñaba con vivir así, pero sin latas de comida y sin frío. Ahora es libre, o algo parecido, y no tiene que explicarse ante nadie, y come cuando quiere y hace lo que quiere. Pero, incluso ahora, cada día es igual al anterior. donde Jordi Cebrián dejó su huella
Dificil la ejecución de este texto, Cortacuentos, muy dificil. A mí me gusta por ese desequilibrio que esconde o que a mí me parece ver.
ResponderEliminarPero ....he de confesarte ...que un niño de 9 años, que mañana cumple diez, ¡está encantado con el vídeo que has colocado de FLY! y se ha reído a carcajadas. Ya me copio el enlace para los días que sean más tristes, jaja...
Un besote.
La verdad es que es un texto sencillo, si te lo planteas como el juego que en realidad es. Lo cierto es que a lo mejor le queda grande lo de microrrelato, pero bueno, dejemos que fantasee.
EliminarMe alegra que a ese hombrecillo de casi 10 años le haya gustado el vídeo y que disfrute y se ría todo lo que pueda pues de ahí es de donde nace la vida. Yo suelo colgarle cada X tiempo cortos a mis chicos del cole en su blog de escritura: ahí te lo mando por si el hombretón de la casa quiere leer lo que escriben contemporáneos suyos de 12 años o reírse con algún otro corto.
http://relatandoporloscodos.blogspot.com.es/search/label/CORTOMETRAJES
Una perta gorda.
Ay! ¡qué bien!, muchas gracias...lo veremos en cuanto llegue del cole. BESOS.
Eliminar