Apoyo el dedo índice sobre la barriga del interruptor. Pulso. Miro al fluorescente de la cocina. No da señales de vida. Es una luz de encendido pausado, intermitente, pero si no arranca a la primera no se enciende. Me duele la cabeza. Suele pasarme los días de lluvia. Padezco jaquecas. Miro al techo. Pienso que se habrá fundido. A veces sucede. Doy tres pasos hacia atrás, dirección al pasillo. Estiro la mano, y aprieto el interruptor. Es una luz dura, de encendido inmediato. Permanece ausente, en silencio, sin llama. A falta de respuestas se encienden las alarmas. Recorre mi espalda un escalofrío que termina en la nuca. Llueve copiosamente fuera y a mi cabeza llegan imágenes del pasado.
Dificil la ejecución de este texto, Cortacuentos, muy dificil. A mí me gusta por ese desequilibrio que esconde o que a mí me parece ver.
ResponderEliminarPero ....he de confesarte ...que un niño de 9 años, que mañana cumple diez, ¡está encantado con el vídeo que has colocado de FLY! y se ha reído a carcajadas. Ya me copio el enlace para los días que sean más tristes, jaja...
Un besote.
La verdad es que es un texto sencillo, si te lo planteas como el juego que en realidad es. Lo cierto es que a lo mejor le queda grande lo de microrrelato, pero bueno, dejemos que fantasee.
EliminarMe alegra que a ese hombrecillo de casi 10 años le haya gustado el vídeo y que disfrute y se ría todo lo que pueda pues de ahí es de donde nace la vida. Yo suelo colgarle cada X tiempo cortos a mis chicos del cole en su blog de escritura: ahí te lo mando por si el hombretón de la casa quiere leer lo que escriben contemporáneos suyos de 12 años o reírse con algún otro corto.
http://relatandoporloscodos.blogspot.com.es/search/label/CORTOMETRAJES
Una perta gorda.
Ay! ¡qué bien!, muchas gracias...lo veremos en cuanto llegue del cole. BESOS.
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