CONDENADOS A NO ENTENDERSE
Las gafas azules, para desayunar; las de color verde, para comer; las marrones para cenar; las negras; para mandar dinero a su mujer y a sus tres hijos; las blancas… Tiro de la manta y echo a correr. Un hombre de azul impoluto le perseguía subido a 125 caballos; los dos estaban condenados a buscarse la vida; la persecución era algo coyuntural.
Buscarse la vida, buscándose el uno al otro: uno para encontrarse y el otro para perderse, o viceversa...
ResponderEliminarMucha miga escondida en muy pocas palabras: si es el perseguidor quién más necesita al perseguido... "Tirar de la manta"...
Un abrazo Cortacuentos.
Supongo que son paradojas las del bien y el mal, y en muchas ocasiones los intereses de las personas estando contrapuestos crean una relación dependiente digna de analizar.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Una perta gorda Miguel.
Genial pequeña historia, una forma como otra cualquiera de ganarse la vida...
ResponderEliminarSaludos.
ME alegra que te guste Yashira. Cierto es que la vida prima sobre todas las cosas, y que nadie tiene la toga (pese a que muchos lo crean) para juzgar el oficio de otros.
EliminarUna perta.
Enigmàtico, creo que se puede llevar a diversas situaciones.
ResponderEliminarAbrazos Cc.
Yo no estaba pensando en un planteamiento tan abierto, pero me alegra que dé para muchas lecturas.
EliminarUna perta.